Exploración ósea
Los huesos del esqueleto pueden albergar numerosos tipos de cáncer. Suelen recibir metástasis de otras neoplasias, como los cánceres de mama, pulmón, riñón, próstata y tiroides. La médula ósea puede ser el nido de la malignidad en el mieloma múltiple, el linfoma y la leucemia. En todas estas enfermedades, sin embargo, las células malignas no son de origen óseo.
Recomendación clínicaCalificación de la evidenciaReferenciasEl dolor óseo que se manifiesta tras un traumatismo menor, persiste, provoca despertares nocturnos o se asocia a una inflamación debe evaluarse con una radiografía.C2, 3, 10, 11 Los pacientes con sospecha de cáncer óseo deben ser remitidos inmediatamente a un centro oncológico con experiencia en tumores óseos malignos.C14, 15 La biopsia de un presunto cáncer óseo debe ser realizada por un cirujano experimentado.C5, 14
Hay tres tipos de cánceres que surgen en el propio hueso: el osteosarcoma, el sarcoma de Ewing y el condrosarcoma. Aunque estas neoplasias representan menos del 1% de todos los cánceres diagnosticados cada año, su morbilidad y mortalidad son significativas.1 Este artículo revisa las características de los cánceres óseos primarios, su diagnóstico, tratamiento y pronóstico.
Cáncer óseo de cráneo
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El cáncer en los huesos se debe con frecuencia a la propagación, o metástasis, de otro cáncer no óseo: metástasis óseas de cáncer de pulmón o de mama, por ejemplo. La toma de una muestra, o biopsia, de la zona ósea afectada no sólo sirve para diferenciar entre el cáncer óseo primario (que se inicia en el hueso) y la metástasis de otros cánceres (cáncer óseo secundario), sino que también ayuda a identificar el tipo específico de cáncer óseo.
El osteosarcoma, el condrosarcoma y el sarcoma de Ewing son algunos de los cánceres óseos primarios más comunes. Sin embargo, el cáncer de huesos no es un cáncer muy común, en absoluto: los cánceres primarios de huesos representan menos del 0,2 por ciento de todos los cánceres.
Por el momento, no se han desarrollado pruebas caseras para el diagnóstico del cáncer de huesos. Además, los primeros signos y síntomas del cáncer de huesos pueden confundirse fácilmente con otras afecciones mucho más comunes, como las lesiones deportivas, o pueden atribuirse en un principio a dolores musculares.
Metástasis ósea
El osteosarcoma es el tumor óseo maligno (canceroso) más frecuente entre los niños, adolescentes y adultos jóvenes, pero sigue siendo un trastorno poco frecuente. Este cáncer óseo afecta a unos 400 niños menores de 20 años cada año en Estados Unidos.
Muchos de los síntomas del osteosarcoma pueden ser fácilmente ignorados como dolores normales de crecimiento en los niños, lo que hace que las revisiones periódicas y las derivaciones a especialistas sean extremadamente importantes. El diagnóstico y la identificación rápidos del cáncer son cruciales para el éxito del tratamiento.
Si su hijo ha sido remitido a un especialista en ortopedia u oncología, la evaluación diagnóstica de su hijo comenzará con una historia clínica y una exploración física exhaustivas. También puede realizarse una evaluación neurológica detallada. Esto implica una serie de preguntas y pruebas para comprobar el funcionamiento del cerebro, la médula espinal y los nervios de su hijo.
Además de diagnosticar el tipo específico de cáncer que puede tener su hijo, estas pruebas también ayudarán a determinar el tamaño y la ubicación del tumor, así como el estadio del cáncer. Toda esta información es crucial para determinar las mejores opciones de tratamiento para su hijo.
Tumor óseo de rodilla
La mayoría de los tumores óseos son benignos (no cancerosos). Los tumores benignos no suelen poner en peligro la vida y, en la mayoría de los casos, no se extienden a otras partes del cuerpo. Dependiendo del tipo de tumor, las opciones de tratamiento son muy variadas: desde la simple observación hasta la cirugía para extirpar el tumor.
Algunos tumores óseos son malignos (cancerosos). Los tumores óseos malignos pueden hacer metástasis, es decir, hacer que las células cancerosas se extiendan por todo el cuerpo. En casi todos los casos, el tratamiento de los tumores malignos implica una combinación de quimioterapia, radiación y cirugía.
Los tumores óseos pueden afectar a cualquier hueso del cuerpo y desarrollarse en cualquier parte del mismo, desde la superficie hasta el centro del hueso, llamado médula ósea. Un tumor óseo en crecimiento -incluso un tumor benigno- destruye el tejido sano y debilita el hueso, haciéndolo más vulnerable a las fracturas.
Hay muchos tipos de tumores óseos benignos, así como algunas enfermedades y afecciones que se parecen a los tumores óseos. Aunque estas afecciones no son realmente tumores óseos, en muchos casos requieren el mismo tratamiento.