Mi gato no deja de maullar
A menudo, cuando pones la mano sobre tu gato la sientes caliente, sobre todo en una parte de la piel desnuda. Esto se debe a que la temperatura corporal normal de un gato es más alta que la de las personas. La temperatura corporal se mantiene dentro de un rango bastante estrecho (entre 38,1°C / 100,5°F y 39,2°C / 102,2°F) aunque varía ligeramente durante el día, registrándose las temperaturas más bajas por la mañana y las más altas por la tarde. La fiebre es simplemente un aumento de la temperatura corporal y puede observarse en muchos trastornos en los gatos.
La temperatura corporal se mantiene constante incluso cuando el gato está expuesto a grandes cambios de temperatura ambiental. Cualquier cambio en la temperatura corporal es detectado por receptores especializados (termorreceptores) que envían señales a los órganos del cuerpo capaces de perder o generar calor.
Si la temperatura corporal aumenta, el flujo sanguíneo a través de la piel se incrementa, de modo que el calor se pierde por la sangre que fluye cerca de la superficie del gato. En condiciones de calor, el perro buscará un lugar fresco para tumbarse.
Dado que la temperatura corporal está tan controlada en el gato normal, la fiebre es un indicador de que algo va mal. En algunas enfermedades se producen breves “picos” de fiebre (en los que la temperatura se eleva repentinamente durante un breve período de tiempo para bajar a la normalidad y volver a subir más tarde). En otras enfermedades se produce una fiebre persistente y la temperatura está siempre por encima de lo normal.
Sobrecalentamiento del gato
La forma más precisa de comprobar la temperatura de su gato es utilizar un termómetro digital pediátrico rectal. Las fiebres que superan los 106 grados pueden provocar daños en los órganos o la muerte, por lo que se requiere atención médica inmediata.
La temperatura de su gato puede aumentar por un esfuerzo extremo o por estar sometido a temperaturas excesivamente cálidas. Este tipo de subidas de temperatura suelen ser temporales y se estabilizan cuando su gato reduce su actividad física o se traslada a un entorno más fresco.
Al igual que otros animales, los gatos pueden sufrir un golpe de calor, por lo que debe asegurarse de que su mascota tenga acceso a lugares de descanso a la sombra y disponga de abundante agua fresca en condiciones de calor. Si tu gato muestra signos de insolación, como jadear durante más de 10 ó 30 segundos, moverse lentamente, acelerar el ritmo cardíaco o respirar con dificultad, retíralo del calor, dale agua y llévalo al veterinario lo antes posible. El golpe de calor es una emergencia médica y, si no se trata, puede ser mortal.
Las causas más frecuentes de fiebre en los gatos son infecciones, lesiones o enfermedades como el cáncer. Los cambios producidos por la enfermedad pueden aparecer gradualmente y presentarse como diferencias físicas o de comportamiento. La fiebre también puede ser desencadenada por medicamentos, afecciones endocrinas o metabólicas, pulgas o trastornos inmunitarios.
Amoxicilina gatos
Tanto si se trata de usted como de su gato, tener fiebre no es necesariamente algo malo. Se trata de una respuesta inmunitaria normal que ayuda al cuerpo a recuperarse de una enfermedad al eliminar las bacterias sensibles al calor. El calor de la fiebre también aumenta el flujo sanguíneo a los tejidos lesionados para ayudar a repararlos; sin embargo, hay casos en los que la fiebre es peligrosa. Si su gato está enfermo con fiebre, puede ayudar a reducirla para que se recupere más rápidamente. También hay muchos medicamentos que puede considerar. Hacer que su gato esté más cómodo le ayudará a superar la fiebre y a volver a la normalidad.
Resumen del artículoPara bajar la fiebre de un gato, llévalo a una habitación fresca y oscura con suelos de pizarra o baldosa para que pueda tumbarse y refrescarse. También puedes colocar un ventilador para que sople aire fresco sobre tu gato. Si su gato lo permite, pruebe a mojarle suavemente el pelaje con agua fría utilizando una botella de spray o un paño húmedo. Además, asegúrese de que su gato tiene fácil acceso a agua fresca, ya que la deshidratación puede empeorar la fiebre. Si la fiebre de su gato supera los 38 grados Fahrenheit, llévelo al veterinario inmediatamente, ya que una fiebre tan alta puede causar daños en los órganos. Para saber cómo tomar la temperatura de su gato, siga leyendo.
La muerte del gato
Cuando tu gatito se encuentra mal, no puede pedir exactamente un analgésico o una bolsa de hielo para sentirse mejor, así que es posible que te preguntes: “¿mi gato tiene fiebre? Y, ¿cómo puedo saber si la tiene?”. Aprenda a identificar los síntomas, las causas y el tratamiento relacionados con la fiebre de su gato.
Hay signos reveladores cuando los humanos tienen fiebre, y estos mismos síntomas también son visibles en los gatitos, como la falta de apetito, la debilidad o el letargo, los escalofríos, la deshidratación o las orejas calientes al tacto. Además de la aceleración del ritmo cardíaco y/o el aumento de la frecuencia respiratoria, los gatos pueden mostrar otros síntomas específicos de la enfermedad que puede estar causando la fiebre alta, dependiendo de la dolencia que esté preocupando a su amigo felino.
La forma más concluyente de determinar si su gato tiene fiebre es tomarle la temperatura. La temperatura corporal normal de un gato es de entre 99,5 y 102,5 grados Fahrenheit. Una temperatura superior a este rango puede indicar que tiene fiebre.
Los termómetros de oído pueden ser más fáciles y cómodos para los padres de las mascotas, pero como explica Petcha, “la forma mejor y más económica de tomar la temperatura de su gato es utilizando un termómetro pediátrico rectal de vidrio o digital. Para tomar la temperatura de su gato suelen ser necesarias dos personas: una para sujetar al gato y la otra para introducir el termómetro”. Asegúrese de lubricar el termómetro con vaselina y de dejarlo colocado durante al menos dos minutos para obtener el resultado más preciso. Asegúrese de no introducir demasiado el termómetro rectal, ya que el tejido rectal es sensible y puede causar daños a su gato. Además, nunca utilices un termómetro de mercurio en tu gato porque si el termómetro se rompe puede ser muy perjudicial para su salud y su vida.