Perros mosca de la arena
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Figura 1. Diagrama de flujo que representa el proceso de selección de perros utilizado en el presente estudio. De un total de 170 perros, que vivían en una zona endémica de leishmaniosis visceral zoonótica, se constituyeron dos grupos de perros con leishmaniosis canina (CanL), que fueron tratados con miltefosina en combinación con alopurinol (MT+A) o con antimoniato de meglumina en asociación con alopurinol (MG+A) junto con un grupo de perros clínicamente sanos (Grupo de Control-CG). Estos perros fueron negativos a las enfermedades caninas transmitidas por vectores (CVBD). ALT, alanina aminotransferasa; AST, aspartato aminotransferasa; BUN, nitrógeno ureico en sangre.
Para reducir las molestias y garantizar el bienestar del perro, la cantidad de tomas de muestras y su periodicidad se redujeron al mínimo. Se recogieron muestras de sangre, ganglios linfáticos poplíteos y médula ósea de perros sanos (grupo de control) y enfermos antes del inicio del tratamiento (Tp0) y luego de perros enfermos, 1 (Tp1), 2 (Tp2) y 3 meses (Tp3) después del inicio del tratamiento. Las muestras recogidas de los perros enfermos en Tp0 se utilizaron, no sólo, para establecer los niveles basales de acumulación de ARNm de citoquinas, sino también, por razones éticas, para servir como controles de los mismos, evitando la necesidad de un grupo extra de animales enfermos sin ningún tratamiento. El éxito del tratamiento se reevaluó clínica y serológicamente 6 meses después del diagnóstico inicial para cada animal tratado (Figura 2). Cada perro fue inscrito en uno de los dos protocolos de tratamiento (Figura 1), de acuerdo con los siguientes criterios:
Leishmaniosis visceral en perros
La leishmaniosis es endémica en la Guayana Francesa bajo su forma cutánea, donde Leishmania guyanensis es la principal especie parásita. La leishmaniasis visceral es mucho más grave y, aunque es bien conocida en los países vecinos (Brasil, Surinam, Venezuela), hasta ahora no se conocía en la Guayana Francesa. Nuestro estudio presenta el resultado de una vigilancia de diez años de las infecciones por Leishmania spp. en perros y murciélagos de la Guayana Francesa. Analizamos 92 murciélagos de la Guayana Francesa, 179 perros locales y 78 perros de trabajo militares franceses (MWD) adicionales, que pasaron una corta estancia en este territorio. Globalmente, encontramos un 2,3% (8/343) de animales infectados por Leishmania. La infección por L. infantum se detectó en el 1,7% (3/179) de los perros autóctonos y en el 5,1% (4/78) de los MWD. Uno de ellos data de 2012, los otros fueron en 2016 y 2018. Se detectó una baja tasa de infección en murciélagos, estando infectado solo un ejemplar entre 92 (1,1%) y perteneciendo a la especie Carollia perspicillata. Concluimos que L. infantum ha estado circulando en la Guayana Francesa desde al menos 2012. Por lo tanto, los perros y los murciélagos podrían estar entre los reservorios potenciales. Se requieren más investigaciones sobre posibles reservorios adicionales entre los animales domésticos y salvajes, así como la identificación de los vectores.
¿Pueden los humanos contraer la leishmaniosis de los perros?
Julio Vladimir Cruz-Chan.Información adicionalIntereses concurrentesLos autores declaran que no tienen intereses concurrentes.Contribuciones de los autoresJVC y ED concibieron y diseñaron el estudio, contribuyeron con el análisis de datos, redactaron y revisaron el manuscrito. ACA, LEV y PPM recogieron las muestras. JLG y PPM realizaron las necropsias. ACA y LEV realizaron los ensayos moleculares y serológicos. MER y MJR revisaron el manuscrito. Todos los autores leyeron y aprobaron la versión final del manuscrito.Archivos originales enviados por los autores para las imágenesAbajo están los enlaces a los archivos originales enviados por los autores para las imágenes.Archivo original de los autores para la figura 1Archivo original de los autores para la figura 2Archivo original de los autores para la figura 3Archivo original de los autores para la figura 4Archivo original de los autores para la figura 5Archivo original de los autores para la figura 6Derechos y permisos
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Directrices sobre la leishmaniosis canina
La leishmaniosis canina es una enfermedad zoonótica (véase la leishmaniosis humana) causada por parásitos de Leishmania transmitidos por la picadura de un flebótomo infectado. La leishmaniosis canina se identificó por primera vez en Europa en 1903, y en 1940 se determinó que el 40% de todos los perros de Roma eran positivos a la leishmaniosis[1]. Tradicionalmente se pensaba que era una enfermedad que sólo se encontraba cerca de la cuenca mediterránea, pero las investigaciones de 2008 afirman que los nuevos hallazgos evidencian que la leishmaniosis canina se está expandiendo actualmente en zonas de clima continental del noroeste de Italia, lejos de las zonas endémicas reconocidas de la enfermedad a lo largo de las costas mediterráneas. [2] Los casos de leishmaniosis empezaron a aparecer en Norteamérica en el año 2000,[3] y, a partir de 2008, se han notificado casos de leishmaniosis canina positivos en 22 estados de EE.UU. y dos provincias canadienses[4].
Las cepas de leishmaniosis del Nuevo Mundo se propagan por Lutzomyia; sin embargo, las investigaciones especulan que el flebótomo norteamericano podría ser capaz de propagarlas, pero esto no se ha confirmado hasta la fecha. Los perros son reservorios conocidos de L. infantum, y se ha confirmado la propagación de la enfermedad de perro a perro en Estados Unidos.