Tratamiento de la parálisis de la pata trasera del perro
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La mielopatía degenerativa (también llamada radiculomielopatía degenerativa canina o CDRM), es una enfermedad que hace que los nervios de la parte inferior de la columna vertebral dejen de funcionar correctamente. Provoca debilidad, parálisis en las patas traseras e incontinencia (tanto urinaria como fecal), todo lo cual empeora con el tiempo. En algunos casos raros, puede afectar incluso a las patas delanteras. La mielopatía degenerativa no es una enfermedad dolorosa, pero en sus últimas fases tiende a afectar gravemente a la calidad de vida. Lamentablemente, la mayoría de los perros con mielopatía degenerativa acaban perdiendo el control de las patas, la vejiga y los intestinos por completo, y tienen que ser sacrificados. La esperanza de vida media de un perro con mielopatía degenerativa es de 1 a 2 años desde el diagnóstico.
Lamentablemente, no hay forma de curar o detener la progresión de la mielopatía degenerativa. En cambio, su veterinario le ayudará a mantener a su perro feliz, cómodo y con movilidad durante el mayor tiempo posible. Hay muchas cosas que puede hacer en casa para ayudar a su perro, entre ellas:
Es importante mantener los músculos de su perro tan fuertes como sea posible, especialmente sus patas traseras. El ejercicio ligero regular, la fisioterapia y la hidroterapia pueden ser beneficiosos, pero es importante saber que no se ha demostrado que ninguno de ellos mejore los síntomas de la mielopatía degenerativa. Siga siempre los consejos de su veterinario sobre la cantidad de ejercicio que debe hacer su perro, y no se exceda nunca: el ejercicio suele ser mucho más duro y agotador para un perro con mielopatía degenerativa.
Remedios caseros para la parálisis del perro
La parálisis repentina de los perros es algo que rompe el corazón, especialmente cuando le ocurre a su propio furbaby. Como padre de una mascota, la parálisis canina puede ser un diagnóstico abrumador. Pero siempre hay formas de sobrevivir a estos momentos difíciles y de aumentar las posibilidades de que su perro siga teniendo una vida feliz y plena a pesar de su condición. La parálisis repentina puede ser temporal o permanente, según el caso.
La parálisis en los perros, según Dog Time, se produce cuando la capacidad del sistema nervioso central para coordinar los movimientos del cuerpo disminuye o se pierde por completo. La parálisis no siempre es repentina. La mayoría de las veces la DIV es progresiva en los perros y puede ser rápida o lenta. La parálisis repentina es fácil de detectar, ya que se produce de forma instantánea (como su nombre indica) y le da una pista de que algo va mal en su perro. Su perro puede estar completamente inmóvil o tener sólo algunas de sus patas paralizadas. Puede ser una parálisis temporal o permanente. Los síntomas de la parálisis repentina del perro son, entre otros, los siguientes
A veces, después de un traumatismo por un accidente, los síntomas de la parálisis repentina pueden no ser visibles inmediatamente. Su perro puede parecer absolutamente bien. Pero entonces la parálisis aparece de repente después de un par de horas o días. Los traumatismos pueden causar problemas secundarios importantes, por lo que si su perro sufre un accidente, asegúrese de llevarlo al veterinario para que lo revise.
Un perro pierde temporalmente el uso de las patas traseras
Como propietario de un perro, la parálisis de las patas traseras es quizá lo más aterrador que puede ocurrirle a su perro. Una pérdida de movilidad podría significar el fin de su perro, pero no tiene por qué ser así. Hay muchas cosas que se pueden hacer para cuidar a su perro si sufre una parálisis parcial (en la que el perro no puede mover las patas traseras) o total.
Existen diferentes tipos de parálisis caninas. Hay algunos casos de parálisis de las patas traseras del perro repentinos, mientras que otros pueden desarrollarse con el tiempo. Siga leyendo para conocer las medidas que puede tomar si su mascota experimenta alguna vez una parálisis parcial (las patas traseras del perro no funcionan) o total, así como los pasos preventivos que aseguran que su perro nunca tenga que sufrir esta condición debilitante.
La parálisis repentina en los perros se produce cuando se interrumpe la comunicación entre el cerebro y la médula espinal. En ocasiones, el perro no podrá moverse en absoluto y tendrá una parálisis total, mientras que otras veces su cachorro sólo parecerá débil o le costará moverse.
Si su mascota fue atropellada por un automóvil o experimentó recientemente otra situación traumática, la causa de la parálisis de su mascota es obvia. Pero, periódicamente, los síntomas pueden aparecer de repente, de la nada. Identificar la causa de la parálisis canina ayudará a su veterinario a realizar el diagnóstico adecuado y a cubrir el mejor plan de acción para ayudar a su perro a recuperar posiblemente la movilidad.
El perro no puede mover las patas traseras y tiembla
Toda búsqueda de la causa de la cojera debe comenzar con la realización por parte de su veterinario de un examen físico completo y de análisis de sangre básicos. Sus observaciones detalladas sobre la actividad de su perro y la aparición de los síntomas son también pistas muy importantes que su veterinario puede utilizar para ayudar a determinar qué pruebas avanzadas debe emplear para acotar las posibles causas de la debilidad de las extremidades posteriores.
Cuando un perro sufre debilidad, independientemente de la causa, suele notarse primero en las extremidades traseras. Esto tiene sentido, ya que las extremidades traseras del perro hacen mucho. Son responsables de empujar hacia arriba desde una posición sentada o tumbada y de impulsar el cuerpo hacia delante durante el movimiento. La dificultad en estas sencillas actividades de la vida diaria le alertará de un problema asociado a la debilidad.
¿Qué aspecto tiene la debilidad de las patas traseras de su perro? La lentitud para levantarse, el hundimiento de las extremidades traseras, el arrastre de la parte superior de los dedos de los pies, el balanceo de las extremidades traseras, el cruce de las extremidades a veces, la intolerancia al ejercicio, los resbalones, los deslizamientos y el colapso de las extremidades traseras son signos de debilidad de las extremidades traseras. También es posible que su perro no pueda caminar repentinamente sobre las patas traseras.