Tipos de anemia
La causa más común de anemia en todo el mundo es la falta de hierro. El hierro es necesario para formar la hemoglobina, parte de los glóbulos rojos que transportan el oxígeno y eliminan el dióxido de carbono (un producto de desecho) del cuerpo. El hierro se almacena en su mayor parte en la hemoglobina. Aproximadamente un tercio del hierro se almacena también en forma de ferritina y hemosiderina en la médula ósea, el bazo y el hígado.
La anemia ferropénica puede sospecharse a partir de los hallazgos generales de una historia clínica completa y una exploración física, como quejas de cansancio fácil, palidez anormal o falta de color de la piel, o latidos rápidos del corazón (taquicardia). La anemia ferropénica suele descubrirse durante un examen médico mediante un análisis de sangre que mide la cantidad de hemoglobina (número de glóbulos rojos) presente y la cantidad de hierro en la sangre. Además de una historia clínica completa y un examen físico, los procedimientos de diagnóstico de la anemia ferropénica pueden incluir lo siguiente:
El hierro está presente en muchos alimentos y se absorbe en el organismo a través del estómago. Durante este proceso de absorción, el oxígeno se combina con el hierro y es transportado a la parte plasmática de la sangre uniéndose a la transferrina. A partir de ahí, el hierro y la transferrina se utilizan en la producción de hemoglobina, se almacenan en el hígado, el bazo y la médula ósea, y se utilizan según las necesidades de todas las células del cuerpo.
Tratamiento de la anemia ferropénica
¿Cómo se trata la anemia? El tratamiento de la anemia depende del tipo, la causa y la gravedad de la enfermedad. Los tratamientos pueden incluir cambios en la dieta o suplementos, medicamentos, procedimientos o cirugía para tratar la pérdida de sangre.
El objetivo del tratamiento es aumentar la cantidad de oxígeno que puede transportar la sangre. Esto se consigue aumentando el recuento de glóbulos rojos y/o el nivel de hemoglobina. (La hemoglobina es la proteína rica en hierro de los glóbulos rojos que transporta el oxígeno al organismo).
Para aumentar el nivel de vitaminas o de hierro, el médico puede pedirle que cambie su dieta o que tome suplementos de vitaminas o de hierro. Los suplementos vitamínicos más comunes son la vitamina B12 y el ácido fólico (folato). A veces se administra vitamina C para ayudar al organismo a absorber el hierro.
El cuerpo necesita hierro para producir hemoglobina. El cuerpo puede absorber más fácilmente el hierro de las carnes que de las verduras u otros alimentos. Para tratar su anemia, su médico puede sugerirle que coma más carne, especialmente carne roja (como la carne de vaca o el hígado), así como pollo, pavo, cerdo, pescado y marisco.
Los médicos pueden recomendar suplementos de hierro a los bebés prematuros, a los bebés y a los niños pequeños que toman mucha leche de vaca, y a los bebés que se alimentan sólo con leche materna o con leche artificial que no está enriquecida con hierro.
Síntomas de anemia
Si tiene anemia, los tejidos y órganos de su cuerpo pueden no recibir suficiente oxígeno. Los síntomas de la anemia pueden hacer que te sientas cansado, débil y sin aliento. Hay muchas razones por las que se puede padecer anemia. Puede deberse a algo tan simple como la dieta o puede ser un signo de una enfermedad subyacente.
Si no tienes suficientes vitaminas o minerales en tu dieta, tu cuerpo puede ser incapaz de producir suficientes glóbulos rojos. El tipo más común de anemia es la anemia ferropénica. También puede padecer anemia si no tiene suficiente vitamina B12 o folato. Hay muchas razones por las que puedes tener una deficiencia, entre ellas las siguientes.
También puedes tener otros síntomas, dependiendo de la causa de la anemia. Por ejemplo, las cacas (heces) pueden ser oscuras y con aspecto de alquitrán si la causa de la anemia es una hemorragia intestinal. Si tienes una carencia de hierro, folato o vitamina B12, es posible que te duela la lengua o que se produzcan cambios en el gusto.
Su médico de cabecera le preguntará sobre sus síntomas y le examinará. Es posible que le pregunte sobre su dieta y los medicamentos que está tomando, así como sobre cualquier enfermedad reciente y sus antecedentes familiares. Su médico de cabecera puede pedirle que se haga un análisis de sangre. En él se comprobará el nivel de hemoglobina en la sangre, el número de células sanguíneas que tiene y su tamaño y forma. Su médico de cabecera también puede comprobar sus niveles de hierro, vitamina B12 y folato.
La anemia es mortal
La anemia se produce cuando el nivel de glóbulos rojos de su cuerpo está por debajo de lo normal. Cuando no tienes suficientes glóbulos rojos, las partes de tu cuerpo no reciben suficiente oxígeno. Como resultado, no pueden funcionar como deberían y causan problemas.
Quimioterapia. La quimioterapia puede dañar la médula ósea. Este daño no suele ser duradero y la anemia suele mejorar unos meses después de terminar la quimioterapia. Además, la quimioterapia con fármacos a base de platino puede dañar los riñones. Estos fármacos incluyen el cisplatino (Platinol) y el carboplatino (Paraplatin).
Náuseas, vómitos y pérdida de apetito. Las náuseas, los vómitos y la pérdida de apetito pueden hacer que pierda nutrientes. Su cuerpo necesita nutrientes para producir glóbulos rojos. Entre ellos se encuentran el hierro, la vitamina B12 y el ácido fólico.
Hay varias formas de comprobar el recuento de glóbulos rojos, como la medición de la hemoglobina y el hematocrito. La hemoglobina es la proteína rica en hierro de los glóbulos rojos que transporta el oxígeno. El hematocrito es el porcentaje de sangre que está formado por glóbulos rojos.
Transfusión de sangre. Si la anemia está causando síntomas o problemas, puede necesitar una transfusión de glóbulos rojos. Durante la transfusión, los glóbulos rojos sanos de un donante entran en su cuerpo a través de una aguja en una vena.